Condiciones organizativas para la refundación de IU

La crisis crónica que atraviesa IU, cuya superación pretendemos iniciar con la IX Asamblea a sabiendas de que será un proceso largo y costoso, tiene sin duda sus causas esenciales en cuestiones políticas: un análisis insuficiente cuando no erróneo de las consecuencias del postfordimo en el comportamiento político y social de los trabajadores y otros sectores populares; la renuncia a la lucha cultural e ideológica (la batalla de ideas), cuando no la introducción en nuestras propias filas de las posiciones ideológicas del neoliberalismo; una política de alianzas errónea y nefasta en sus consecuencias; una subordinación creciente de la acción movilizadora y alternativa de IU a la actividad institucional, que ha llevado a situar nuestros compromisos políticos con otros partidos por encima del compromiso con los sectores sociales a los que queremos representar y del respeto a nuestro Programa; una práctica política ambigua cuando no contradictoria que ha llevado a que IU tenga ante los trabajadores y el conjunto de los ciudadanos un perfil confuso, son algunos de los ejemplos sobresalientes de lo que decimos.

Estos errores políticos, cuya solución se intenta abordar en otro documento, generaron inmediatamente consecuencias organizativas que se han ido agravando con el tiempo. IU fue perdiendo masa con el abandono de muchos afiliados y afiliadas que votaron con los pies, con la consiguiente pérdida de influencia social y electoral; el escaso nivel político de las discusiones de las asambleas de base y de los órganos; la ruptura de los criterios más elementales de la democracia y la participación interna, incluido el apunte en ciertos casos de modos de clientelismo político; la aplicación por parte de la dirección de iniciativas contrarias a acuerdos de los órganos y la constitución de una dirección paralela de asesores; la organización de campañas electorales con criterios erróneos que nos han enajenado una parte importante del voto trabajador y de los sectores populares menos favorecidos, han sido algunas de esas consecuencias.

El Programa de IU y los programas electorales a todos los niveles (es decir, toda la estructura programática de la organización) se han elaborado cada vez más claramente como elementos subordinados a la elaboración de las candidaturas, esencialmente institucionales, es decir como meros envoltorios en papel de regalo de la lucha por los puestos.

Frente a todo ello, constatamos que IU sigue siendo una necesidad. Que si no existiera o su recuperación fuera imposible habría que reinventarla. Pero esa reinvención sería un proceso muy complicado en las condiciones históricas actuales y cuyo precio pagarían los sectores populares, que quedarían privados posiblemente por demasiado tiempo de una referencia de organización y lucha capaz de hacer frente al neoliberalismo, cuya ofensiva en momentos de crisis será sin duda más agria.

Por eso IU necesita su refundación, apoyada en todo lo sano y valioso que resiste en la organización y en los miles de hombres y mujeres que pueden venir si somos capaces de recuperar el atractivo del proyecto, necesita que se le de la vuelta como a un calcetín.

Ello sólo es posible a partir de un criterio básico: la democracia participativa como regla de oro del funcionamiento interno, de forma que ni una sola idea útil quede apartada y ni un solo compromiso de trabajo quede marginado. Para lograrlo es preciso:
a) Potenciar todas las formas de democracia directa y restringir al mínimo indispensable la democracia delegada.
b) Establecer un sistema de órganos de elaboración, control y decisión política que, por su propia dinámica y los contrapesos que se crean, fuercen los acuerdos por amplia mayoría y un eficiente trabajo colectivo.
c) Establecer sistemas eficaces que impidan la acumulación de puestos y obliguen a la renovación en la composición de los órganos.
d) Introducir la composición rotativa en los órganos.
e) Establecer un sistema de doble llave en la afiliación (federal y de federación) que permita un control efectivo de los censos.
f) Establecer el principio de que los derechos democráticos se ejercen a partir de la participación en la actividad de IU y que, por tanto, para ejercer el derecho de voto es necesaria la presencia en las Asambleas y en las reuniones de los órganos.

Este documento incorpora un primer abanico de medidas que salen de la IX Asamblea. La refundación de IU, visto su estado actual, no puede ser fruto de una sola Asamblea Federal por exitosa y valiosa que esta sea. Será necesario, al menos, la celebración de una X Asamblea con carácter extraordinario en un plazo no superior a dos años desde la celebración de la IX que consolide un modelo de organización claramente diferente al que tanto ha degenerado y que sea el que corresponde al nuevo tipo de organización y al nuevo modo de hacer política que propugnamos.

Estas medidas son:

Deja un comentario